jueves, 20 de septiembre de 2012

La angustia... paranoia

Las miradas se clavan en mi una y otra vez. Presión constante me hunde continuamente hacia un pozo de indescriptible soledad en el que lo único que me salva es tu luz. No soy capaz de comprender en muchas ocasiones el porqué de todo aquello que me rodea y a la vez hay momentos en los que desearía ser ignorante del horror que se avecina.
Necesito ayuda.
Nadie es capaz de comprender que lo que sucede dentro de mi cabeza es superior a mi y superior a todo cuanto existe. Ponerme a pensar solo me hace encontrar más dudas y cuantas más dudas tengo, más claro veo que no encontraré la respuesta, porque no existe. Es una pregunta que se encuentra en mi interior y a la vez en el exterior, una duda que existe y que, sin embargo, no es real. Por ello no soy capaz de encontrar la respuesta, porque no hay pregunta.
Puede sonar absurdo y sin sentido, pero ¿A caso podría sonar de otra forma? Imposible.
La rutina de angustiarse por algo, pero no saber que es. El deseo de encontrar una respuesta, pero so saber cual es la pregunta.
No sé si alguien podrá entenderme algún día. Quizás ya no haya nada en mi cabeza que me sujete al mundo en el que vivo, porque todo lo que hay dentro de mí vuela en busca de libertad. No debo rendirme...



Te sonreiré cada mañana por la alegría de verte, me acercaré a ti solo por quererte escuchar y, aunque no suelo ser una persona de muchas palabras, te contaré la alegría que me haces vivir. Olvidaré mi apatía y mi egoísmo y dejaré de buscar la respuesta a la pregunta que no existe.
Te protegeré cuando estés en peligro, te mostraré todos mis pensamientos y mis sentimientos, te llevaré de la mano para que no nos perdamos de vista y, tal vez algo celoso, me fijaré en aquel que se acerque demasiado a ti.
Estás compartiendo tu vida con la mía y, aunque nos hubiera gustado que fuera un camino de rosas, nos hemos clavado muchas espinas. No obstante, a pesar de todo ello, aún me amas.

Te amo más que a nada, y cada día te amo más.

No quiero ser pegajoso, no quiero ser un estorbo ni quiero tampoco que lo pases mal por mí. Quiero que me mires a los ojos para que veas que en ellos estás tú, quiero pasear contigo bajo la noche en el momento más dulce de la historia y quiero que la alegría nos desborde día tras día.

Tú, y solo tú, has sido capaz de cambiar toda mi vida.
Tú, y nada más que tú, has llegado a lo más profundo de mi corazón.
Tú, y únicamente tú, eres todo lo que quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario